Generalmente el reflujo no es motivo de preocupación, pues la mayoría de las veces se debe a que el sistema digestivo de los bebés sigue madurando; de hecho, al 50% de bebés les sucede durante los primeros 3 meses de vida. Sin embargo, si piensas que tu bebé está sintiendo dolor o si te preocupa si está recibiendo los nutrientes que necesita, comunícate con tu pediatra.    Aquí hay algunas preguntas que podrías hacerle:

  • ¿Es normal que mi bebé tenga reflujo?
  • ¿Qué lo provoca?
  • ¿Mi bebé está perdiendo nutrientes por el reflujo?
  • ¿Debo cambiar la leche a fórmula infantil?
  • Le estoy dando de lactar, ¿es posible que algo en mi dieta esté provocándolo?
  • Mi bebé tiene reflujo después de cada comida, ¿lo estoy alimentando de más?
  • ¿Hacerlo eructar ayuda a minimizar el reflujo?
  • ¿Cuál es la mejor forma de hacer eructar a mi bebé? ¿Con qué frecuencia debe eructar?
  • ¿Qué sucede si no eructa?
  • ¿Los bebés superan el reflujo cuando crecen? De ser así, ¿a qué edad lo hacen?
  • ¿Cuáles son los signos de advertencia antes de que el reflujo se convierta en un problema más grave?
  • ¿El reflujo afectará el crecimiento y desarrollo de mi bebé de algún modo?

Antes de ver al médico:

1.     Llama al consultorio y pregunta si debes hacer algo a modo de preparación antes de asistir a la visita.

2.     Anota todos los síntomas de tu bebé y tus inquietudes, incluidas las respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿En qué momento comenzó con el reflujo? ¿Siempre lo hace después de comer? ¿Lo hace cuando tose, eructa o tiene mucha actividad?
  • ¿Tu bebé tiene reflujo después de comer o solo ocasionalmente?
  • ¿Pasó recientemente del pecho al biberón? ¿Cambiaste la leche a fórmula infantil?
  • ¿Notas algo en particular que empeore los síntomas o los mejore?
  • ¿Alimentas a tu bebé en posición vertical?
  • ¿Cuánto come tu bebé -en cada toma-? ¿Cuál es la cantidad total por día?
  • ¿Tu bebé parece estar sintiendo dolor cuando tiene reflujo? ¿Tiene otros síntomas, como puños apretados, espalda arqueada, llanto, irritación o enrojecimiento de la cara?

Tener un resumen escrito sobre los síntomas y los hábitos de tu bebé antes de ver al médico te permitirá explicar de manera más clara y precisa las circunstancias. Después de todo, tú eres la persona que mejor conoce a tu bebé.

3.     Si tienes más dudas, añádelas a la lista anterior y llévala a la consulta.

4.     Haz una lista de todo lo que está tomando tu bebé:

  • Vitaminas u otros suplementos nutricionales
  • Medicamentos
  • Tipo de leche de fórmula
  • Leche materna
  • Alimentos sólidos
  • Toma nota de cualquier cambio reciente en tu bebé:
  • Hábitos de sueño
  • Hábitos alimenticios
  • Enfermedad

Normalmente los problemas de reflujo mejoran con el tiempo, sin embargo, nunca está de más preguntar al pediatra sobre alternativas para aliviarlo.  

 

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Consulta a tu médico.