Regurgitación y reflujo en bebés.

El reflujo gastroesofágico es el mecanismo físico que da paso del contenido del estómago al esófago. La regurgitación es la manifestación clínica de dicho “problema” (contenido gástrico que se observa en la boca del bebé y que se puede presentar sin ninguna molestia). Esto es muy frecuente que se presente en los niños sanos durante los primeros 6 meses de vida. Lo importante de este tema es distinguir cuando se trata de regurgitación normal o de una enfermedad.                          

¿Es normal la regurgitación?

Sí. Muchos bebés lo hacen y no les causa molestia. En caso que la haya y que aparentemente tu bebé sienta dolor, que no esté creciendo bien o se acompañe de diarrea, será necesario consultar al pediatra para que verifique si se trata de una enfermedad y decida el tratamiento adecuado.

¿Por qué regurgitan los bebés?

Es normal que los bebés regurgiten porque su tubo digestivo todavía está en desarrollo y su cuerpo está practicando la forma de mantener los alimentos en su pequeño estomaguito. Normalmente desaparece a medida que crecen.

¿Puede deberse la regurgitación a alimentación excesiva?

Sí. Esto puede ser parte del problema, el estomaguito de los recién nacidos tiene un tamaño aprox. de una canica, si recibe más alimento del que puede almacenar, favorecerá la regurgitación.

¿Hay formas de reducir la regurgitación?

Existen algunas técnicas para tratar de reducirla:

·       Aliméntalo con una cantidad menor en cada toma, pero en intervalos más frecuentes.

·       Sostenlo erguido cuando lo alimentes y mantenlo así de 10 a 20 minutos (después de comer).

·       Mantén la lactancia materna, y en caso de que esté tomando fórmula infantil, se puede valorar el inicio de una fórmula espesada industrialmente.

¿Cómo saber si es vómito por enfermedad?

El vómito por enfermedad es distinto al habitual. El síntoma más frecuente es que el bebé tiene dolor cuando regurgita; podría ser que apriete los puños, arquee la espalda, gire el cuello de un lado a otro o llore. Comúnmente parecería estar molesto con lo que come, otros signos de alarma son que no suba bien de peso y tenga problemas agregados como diarrea y dermatitis. En estos casos, es indispensable consultar al pediatra.